Qué deberías saber al elegir calzado
Afuera, el clima cambia con frecuencia y los pies son los primeros en notarlo. Por eso, en el calzado outdoor la mayoría de la gente se enfoca en dos aspectos clave: la impermeabilidad y la transpirabilidad.
Impermeabilidad
La impermeabilidad significa que el agua de la lluvia o el barro de vadear un arroyo se quedan fuera del calzado, y que por la mañana te pongas unos zapatos secos. La impermeabilidad se consigue con membranas, materiales resistentes al agua y tratamientos de impregnación. Algunas membranas logran mantener el pie seco incluso bajo una lluvia prolongada, pero es importante distinguir entre resistente al agua e impermeable.
¿Zapatos repelentes al agua o impermeables?
La diferencia entre calzado repelente al agua e impermeable es fundamental, aunque a primera vista suene parecido. El calzado repelente al agua suele tener un tratamiento superficial o impregnación que hace que las gotas resbalen por el material y no se absorban de inmediato. Esto funciona muy bien bajo una lluvia ligera o en un paseo corto por hierba húmeda. Sin embargo, cuando la lluvia se intensifica o permaneces más tiempo en un entorno mojado, el agua terminará entrando. El calzado impermeable, en cambio, está diseñado para resistir un contacto más prolongado con el agua, a menudo gracias a una membrana en el interior del zapato. El pie permanece seco incluso al caminar varias horas bajo la lluvia o al vadear un arroyo poco profundo. La decisión de qué variante elegir depende de cómo vas a usar el calzado: para paseos urbanos o excursiones cortas basta con calzado repelente al agua; para la montaña o un trekking de varios días conviene invertir en zapatos impermeables.
Transpirabilidad
La transpirabilidad es la otra cara de la moneda. Un zapato impermeable que no respira mantendrá el pie seco desde fuera, pero la humedad del sudor se acumulará en el interior, lo que provoca ampollas y mal olor. Las membranas modernas logran mantener un equilibrio: no dejan pasar el agua desde fuera, pero expulsan la humedad del pie. Por eso, al elegir calzado outdoor fíjate en que combine impermeabilidad y transpirabilidad, y selecciona el material adecuado según las condiciones: los zapatos ligeros de malla son ideales para el verano, mientras que los modelos de cuero con membrana funcionan bien en senderos húmedos de otoño e invierno.