Cómo superponer correctamente la ropa funcional

Introducción

¿Quieres sentirte cómodo en todas las circunstancias? ¿Mantenerte abrigado cuando hace frío, seco cuando llueve y no sobrecalentarte cuando brilla el sol? Entonces no subestimes la elección de la ropa adecuada. No se trata de la apariencia, sino de la funcionalidad y, según las propiedades de cada prenda, también de su combinación correcta. A esta búsqueda de combinaciones de ropa funcional con el fin de lograr las propiedades deseadas se le llama sistema de capas en forma de cebolla.

Sistema de capas

Es el nombre común para el sistema de superposición de ropa con el objetivo de aprovechar sus propiedades al máximo.

Cada una de sus capas tiene un papel específico en el sistema. Si quieres que todo funcione correctamente, no deberías omitir ninguna de ellas, ya que esto afectaría de manera significativa la funcionalidad y la eficacia de todo el sistema. El sistema de capas depende no solo de las condiciones climáticas, sino también de tus exigencias y necesidades, y su objetivo es proporcionarte el mayor confort posible.

1. 1ª capa - función de transporte, absorción y confort

   La base es tener buena ropa funcional. Esta debe ajustarse directamente al cuerpo. De este modo evacua la humedad corporal de manera rápida y eficaz desde la piel y mantiene el cuerpo seco.

2. 2ª capa - función aislante

   Esta parte del sistema de capas debe transportar la humedad desde la primera capa y al mismo tiempo mantener el calor corporal. Para ello son ideales los modelos de fibras técnicas con capacidad de retener grandes volúmenes de aire, baja absorción y buena capacidad de transporte de la humedad, típicamente ropa de forro polar.

3. 3ª capa - función protectora

   La capa exterior juega un papel clave en todo el sistema. Sin las dos primeras capas no sería nada, pero solo ella te protege de las condiciones meteorológicas adversas. Debe mantener seca la capa aislante que tiene debajo para evitar la pérdida de calor por acumulación de humedad (sudor) y al mismo tiempo debe ser impermeable para impedir la entrada de agua del exterior. Por ello, los productos destinados a la 3ª capa están fabricados con materiales con membrana, recubrimiento o al menos con un tratamiento repelente al agua.

¿Qué ropa elegir?

El sistema de capas solo puede ser funcional si cada una de sus partes lo es también.

Primera capa

Empecemos por tu piel. Sobre el cuerpo siempre deberías llevar ropa funcional. La palabra funcional no ha sido elegida al azar. Refleja todo un conjunto de propiedades que dicha ropa posee y que garantizan tu máximo confort. Y aquí conviene señalar el primero de los muchos errores que cometemos al vestir en capas. Olvida las camisetas de algodón sueltas. Se ven bien, resultan cómodas al tacto, pero no te mantendrán seco ni te protegerán del frío. Esto, en cambio, lo asegura muy bien la ropa de lana merino, que tiene varias propiedades únicas que la han hecho tan popular. Este tipo especial de lana no retiene olores, es naturalmente antibacteriana, abriga incluso cuando está húmeda y es incombustible. No obstante, los productos de este material casi milagroso son más adecuados para condiciones frías.

En los días cálidos y soleados da preferencia a las fibras sintéticas como, por ejemplo, Coolmax. Este mantiene el cuerpo seco, evita el sobrecalentamiento excesivo y se seca muy rápido. Es más adecuado para actividades cortas o físicamente exigentes.

Adapta la elección del material a tus preferencias y, por supuesto, también a las condiciones en las que te vistes, pero elijas el tipo de ropa interior funcional que elijas, no olvides que es absolutamente necesario escoger una talla que se ajuste perfectamente a tu cuerpo. Solo así conseguirás la máxima funcionalidad de la prenda.

Segunda capa

Una capa más arriba y de nuevo el mismo error. Recuerdo que deberías olvidarte de la sudadera de algodón o el jersey de acrílico. Se secan lentamente y, mojados, pesan una barbaridad. Es mejor optar por una sudadera de forro polar. Esta retiene muy bien el aire, que posteriormente se calienta y así garantiza una mejor aislación térmica. El forro polar también tiene la capacidad de absorber la humedad de la primera capa (ropa funcional) y transportarla más lejos del cuerpo. Y estas son las razones por las que es tan popular entre deportistas y senderistas a lo largo de distintas actividades y estilos de vestimenta, y por las que es una parte integral de un sistema de capas bien estructurado.

Tercera capa

La última – tercera capa – tiene la tarea de protegerte de las condiciones meteorológicas y de los efectos externos del tiempo. Es la capa exterior, generalmente representada por chaquetas y pantalones. Hay una infinidad de chaquetas y están hechas de decenas y cientos de materiales diferentes con parámetros más o menos adecuados. Intentaré ahora explicarte de forma breve y clara qué deberías exigirle a una chaqueta para actividades al aire libre.

El criterio principal al elegir una chaqueta adecuada debería ser su impermeabilidad. Esta influye en si vuelves a casa calado hasta los huesos o seco y contento. La impermeabilidad es el término técnico para la capacidad de un material de resistir el agua y se caracteriza por la conocida “columna de agua”. Esta indica que cuanto mayor es su valor, mayor presión de agua —es decir, lluvia más intensa— es capaz de soportar el material. Se expresa en unidades de mm o m y varía desde 400 mm (paraguas) hasta >30 000 mm (membranas de alta calidad).

A primera vista podría parecer que incluso un valor de columna de agua tan bajo como el de un paraguas debería protegerte fácilmente de la lluvia, pero cuidado. Imagina cómo es la construcción de un paraguas. El material está tensado sobre un armazón metálico con forma casi de semiesfera y en ningún punto entra en contacto con tu cuerpo. En tal caso el material resiste mucho mejor la presión del agua. Si, en las mismas condiciones, llevaras una chaqueta hecha del mismo material que tu paraguas, al cabo de unos minutos estarías empapado hasta los huesos.

Por lógica, podría parecer que sería mejor adquirir una chaqueta con membrana, que tiene resistencia al agua de más de 30 000 mm. Sin embargo, también aquí conviene decir un gran PERO.

Existe una cierta relación entre impermeabilidad, precio y transpirabilidad —la capacidad del material para dejar pasar el vapor de agua hacia fuera de tu cuerpo—. Cuanto mayor es el precio, mejor es el material; cuanto mejor el material, mejor la impermeabilidad o la transpirabilidad. Estas dos propiedades son prácticamente inversamente proporcionales. Cuanto más impermeables son los materiales, por lo general menos transpirables son, y viceversa. No obstante, incluso aquí existen excepciones que confirman la regla, como las membranas de alta calidad tipo Gore-Tex o Dermizax, que no solo son impermeables, sino también bien transpirables.

Altura de la columna de agua y su equivalente para actividades seleccionadas

• 450 mm - impermeabilidad habitual de un paraguas
• 5000 mm - sentarse en un banco mojado
• 12000 mm - arrodillarse en la nieve
• 18000 mm - presión de las correas de una mochila cargada
• 30000 mm - caída de un esquiador en nieve húmeda

Transpirabilidad y permeabilidad al vapor

La permeabilidad al vapor es la capacidad del material de dejar pasar el vapor de agua. La transpirabilidad indica la resistencia del material frente a la evaporación permanente de la humedad.

Personalmente te recomendaría equiparte con una chaqueta con membrana de alta calidad solo en el caso de que esperes mal tiempo, lluvia, nieve y viento. Sin embargo, si se espera buen tiempo, según mi experiencia te resultará más adecuada una “cortavientos”: una chaqueta ligera y bien compactable con tratamiento DWR, recubrimiento o alguna membrana menos eficiente. Será mucho más barata, ligera, fácil de guardar en el bolsillo o en una funda colgada a la cintura y, en caso de chubasco o lluvia menuda, te proporcionará una protección suficiente.

Tratamiento DWR

Si no sabes qué es el tratamiento DWR, el recubrimiento o la membrana, debes saber que: DWR es la designación de un material químicamente tratado por el fabricante, que después resiste mejor el agua durante un cierto tiempo. Digamos que es una especie de impregnación de larga duración.

El recubrimiento es una capa especial de material altamente impermeable aplicada por el fabricante en la cara interna del material exterior. La ventaja es una vida útil más larga que en el caso del tratamiento DWR, pero a costa de una menor transpirabilidad y un precio más alto.

La membrana es un material especial laminado en la cara interna del material exterior igual que el recubrimiento, pero a diferencia de este es mucho más resistente al agua, tiene una vida útil mucho más larga, es más caro pero más transpirable.

Softshell

Se trata de una denominación general de materiales funcionales modernos de varias capas, utilizados principalmente para fabricar ropa y calzado outdoor.

El nombre surge de la combinación de dos palabras inglesas “SOFT”, suave, y “SHELL”, cubierta o caparazón. De ello se pueden deducir fácilmente las propiedades básicas de las que dispone: resistencia mecánica, impermeabilidad, buena aislación térmica, resistencia al viento y transpirabilidad.

Consejo: Tamboco te olvides de un calzado cerrado, preferentemente alto, con tratamiento impermeable o membrana y, por supuesto, calcetines funcionales (deja las toallas en casa y opta mejor por calcetines de los mismos materiales que mencionamos en la ropa funcional).

Un buen consejo final

¿Quieres dar a tu prenda la impermeabilidad necesaria? Lávála de vez en cuando con un detergente especial para ropa técnica y deportiva y luego trátala con productos de impregnación. Si no estás seguro de qué producto conviene a una prenda concreta y cómo aplicarlo, pregunta en una buena tienda de ropa y equipamiento de montaña. Seguro que te asesorarán bien.

Para el calzado utiliza cera o impregnación, según la recomendación del fabricante.

Con la primera lluvia notarás inmediatamente la diferencia.

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• ¿Cómo elegir la ropa outdoor?

Enlaces útiles

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Autor: Vít Hruška

Fuentes: pixabay.com, unsplash.com