¿Cómo ajustar una mochila a tu cuerpo?
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Introducción
El ajuste correcto de la mochila comienza llenándola con las cosas que vas a llevar en ella. También puedes elegir cualquier otra cosa que corresponda al peso que sueles llevar en tus excursiones.
Si tu mochila lo permite, ajusta la altura de la espalda. La mochila debe corresponder al tamaño de tu espalda. Por eso se fabrican mochilas más estrechas para mujer, algo más grandes para hombre y, por supuesto, también para niños. La elección de la mochila también juega un papel importante. Los sistemas de espalda ergonómicamente moldeados se ajustan a la espalda, pero gracias a la ventilación, incluso al sudar te mantienes seco.

Carga sobre tus hombros
Lo más importante para un ajuste correcto de la mochila es el cinturón lumbar. Para evitar el dolor de espalda, este debe soportar la mayor parte del peso de la mochila. Alivia la carga que, con un ajuste incorrecto, recaería sobre los hombros y, al mismo tiempo, protege la columna cervical.
El cinturón lumbar debe colocarse aproximadamente 3 centímetros por encima de las prominencias del hueso pélvico. No lo aprietes en exceso. Debes sentir una ligera presión alrededor de las caderas, pero no debe estar tan apretado que te oprima o limite el movimiento. Deja un margen de unos 3 centímetros en esta zona.
Ahora sí llega el paso que la mayoría de la gente intenta resolver primero: ajustar las correas de los hombros. Apriétalas al cuerpo según tu propia sensación, preferiblemente ambas al mismo tiempo. Recuerda siempre que el peso no debes llevarlo en los hombros, sino en la zona lumbar. Una vez ajustada, la correa de los hombros no debe aflojarse.

Una mochila bien ajustada distribuye el peso de forma uniforme y no altera la postura correcta.
Ajusta el resto
En la parte superior encontrarás también las correas de balance o llamados elevadores de carga. Estas unen la correa del hombro con la mochila. Ajústalas de manera que queden tensas. En mochilas grandes, el ángulo entre la correa del hombro y la mochila debe ser de 40 a 60 grados. En mochilas pequeñas, el ángulo puede ser negativo o horizontal.
Por último, está la correa pectoral. Esta ayuda a mantener las correas de los hombros en su lugar. Debe colocarse solo unos centímetros por debajo de la clavícula. Encuentra una posición cómoda en la que no te corte ni irrite la piel innecesariamente.

También presta atención a cómo llevar correctamente la mochila. Debe llevarse en ambos hombros y no debe apoyarse sobre los glúteos.
Distribución del peso
Las máximas ventajas de una mochila bien ajustada se fomentan también con una correcta distribución del contenido. En general, los objetos pesados deben ir cerca del cuerpo y, si es posible, en el centro de la mochila. Mantener el centro de gravedad lo más cerca posible del cuerpo te ayudará a conservar la estabilidad. A partir del centro, continúa colocando los objetos más ligeros hacia afuera. Los objetos de uso frecuente deben ir en lugares de fácil acceso. Por ejemplo, las meriendas, el mapa o el botiquín deberían colocarse en los bolsillos superiores o en compartimentos exteriores.

Utiliza todas las hebillas, cierres y sujetadores para optimizar la distribución del peso.
Algunas mochilas cuentan incluso con bolsillos enrollables, bolsillos de malla para el saco de dormir, soportes para cascos de ciclismo. Úsalos, ya que te ayudarán a distribuir las cosas en el lugar adecuado.
Ajusta bien la mochila antes de iniciar la caminata. Así evitarás dolores de espalda y llevarás la carga de forma cómoda y segura, tanto si se trata de un paseo corto como de una caminata larga.
Enlaces útiles
Autor: Alena Bouchalová
Fuentes: archivo 4camping, pixabay.com























































