UPF (Ultraviolet Protection Factor)
La radiación UV daña nuestra piel, incluso sin quemaduras visibles. La ropa protectora actúa como un escudo pasivo que mantiene los rayos UV alejados de la piel y, además de la protección, proporciona beneficios termorreguladores. La piel cubierta se calienta menos y el cuerpo no necesita tanta energía para enfriarse a través del sudor. La protección UV tiene sentido incluso en días en los que el sol no "quema", pero el índice UV es alto.
UPF (Ultraviolet Protection Factor) es un indicador clave del nivel de protección UV de los tejidos. Indica cuánta radiación UV pasa a través del material:
- UPF 15: deja pasar 1/15 de la radiación UV (6,7 %),
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UPF 30: deja pasar 1/30 (3,3 %),
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UPF 50+: deja pasar 1/50 (menos del 2 %) – considerado como protección alta, hasta excepcional.
A diferencia del SPF, que se usa en cremas solares y se refiere solo a la radiación UVB, el UPF incluye tanto la radiación UVA como UVB, ofreciendo así una protección más amplia.
Los diferentes materiales tienen diferentes valores naturales de UPF, incluso sin tratamientos especiales:
- Algodón: UPF 5–10 – protección baja, a menudo insuficiente.
- Tejidos sintéticos (por ejemplo, poliéster, nailon): UPF natural de 15–30, depende de la densidad y el color.
- Lana merino: gracias a su estructura natural y capacidad de absorción, alcanza hasta UPF 30–50+ sin tratamiento químico.
La ropa outdoor moderna con UPF 50+ está diseñada para mantener su protección incluso en condiciones reales, como al sudar, al estar en contacto con agua o con el desgaste mecánico. La densidad del tejido, la construcción de las fibras, el color y el acabado superficial juegan un papel importante en la efectividad de la protección contra la radiación UV que ofrece la ropa.